domingo, 12 de octubre de 2014
sábado, 11 de octubre de 2014
Es asombroso imaginarse que, de una
pequeña partícula de materia, pueda formarse todo un mundo.
El estado natural del espíritu es la
absoluta Felicidad
El viento estelar sopla en una dirección
y arrastra pequeñísimas partículas. La menor de ellas, la molécula, contiene la
unidad de todas las formas y sistemas.
En algún momento preestablecido, la partícula comienza a girar sobre si misma y a condensar energía en su derredor, energía que no gasta en trasladarse sino que a partir del momento que se detiene en su trayectoria y comienza a rotar, la energía recibida del cosmos (Dios) comienza a atraer hacia su misma a otras partículas y así comienza a tener volumen y en algún momento comienza a ser…visible a los ojos humanos (si los hubiera).
A mas volumen de masa mayor energía y calor. Pero…sin profundizar mucho más en el “como” asombrémonos, en el origen de todo este milagro.
El universo está lleno de vida y constantemente se está llevando a cabo, creaciones sin fin.
En algún momento preestablecido, la partícula comienza a girar sobre si misma y a condensar energía en su derredor, energía que no gasta en trasladarse sino que a partir del momento que se detiene en su trayectoria y comienza a rotar, la energía recibida del cosmos (Dios) comienza a atraer hacia su misma a otras partículas y así comienza a tener volumen y en algún momento comienza a ser…visible a los ojos humanos (si los hubiera).
A mas volumen de masa mayor energía y calor. Pero…sin profundizar mucho más en el “como” asombrémonos, en el origen de todo este milagro.
El universo está lleno de vida y constantemente se está llevando a cabo, creaciones sin fin.
Cuando la pequeña partícula recibe la
orden “… hazlo!”, se organiza un ejército obediente de inteligencias con una
función específica cada una de ellas, y así, entre todas estas criaturas
realizan la maravilla de la existencia material en este nivel-tierra en donde
al hombre se le dijo “…puedes ser feliz…pero eso depende de cuanta amargura ,
decepción, enfermedad, y toda clase de oposiciones pueda sortear para lograrlo.
El estado primordial de la materia es la
luz plena
Cuando duermo viajo a mi otra vida,
latente, cierta como la realidad misma. En ocasiones, llego desde otro sueño,
de alguno de poca importancia en donde estoy en carácter de prólogo, y de allí
paso al sueño central en donde creo estar en una vida paralela.
Llego siempre a un lugar, una pequeña
aldea de no más de un par de docenas de personas, y siempre lo hago en un
momento especial.
Ellos me hacen sentir bien, siento que me
quieren. Ese lugar no es el sitio donde nací ni donde me crié sino un lugar en
el que yo tengo una vida, desarrollo una tarea, soy alguien. Justamente ese
hombre que siempre quise ser.
La gente allí me recibe como si nunca me
hubiera ido. Me ven y enseguida me hacen sentir la necesidad imperiosa de
quedarme y de que tengo mucho que hacer allí.
Casi siempre llego de tarde, casi entrada
la noche. Así fue que una vez llegué y un pequeño grupo estaba tratando de
terminar de colocar un techo de madera a una choza. Era un ranchito para una
anciana.
Es grupo se veía preocupado por terminar
ya que se les venía la noche.
Uno de ellos se enderezo fatigado y
llamándome por mi nombre me solicito ayuda en una forma muy cordial y amigable.
Me sorprendió tanta confianza pero me sentí muy bien. Mientras les ayudaba vi
en la semi penumbra de la casi-choza a la anciana sentada en una vieja silla y
murmuraba algo mirándome fijamente a la vez que con su flaco índice picoteaba
la falda sobre su pierna como diciéndome “quédate”.
Como era todo un sueño, de repente estoy
caminando por un sendero hacia el alba, escoltado por el grupo de trabajo que
me despiden sudorosos y tristes.
Uno de ellos me pregunta con voz queda:
“…cuando volverás?...” siento mi propia respiración, trato de responderle, la
imagen se esfuma, siento angustia y… si! Me quiero quedar!...quiero expresarlo,
quiero quedarme y me termino de despertar al pronunciar la palabra: “si…!”
Me quedo en la misma posición a ver si
puedo volver a dormirme, lo logro y vuelvo a ver el bulto del grupo que me
acompaño alejándose y les grito:”espérenme!”…pero ya no me oyen. Lloro de
rodillas, como un niño, con desesperación, me inclino en mi llanto hasta tocar
con mi cara el pasto ya húmedo por el rocío y mojado por mis lágrimas.
Ahora sí, me despierto con el rostro
bañado en lagrimas… y me pongo a escribir este, mi sueño recurrente de toda mi
vida, es decir, de la otra vida, aquella que vivo en forma feliz siendo lo que
realmente soy, sin inhibiciones y sin miedos.
En esa, mi otra vida, soy lo que siempre
quise ser, un hombre útil y querido por los demás. Viviendo como siempre lo
desee y haciendo lo que siempre quise hacer.
Conocimiento Perfecto
Cuando movidos por la fe primaria,
actuamos sobre el surco de una ley que afecta directamente a un segmento de
nuestra vida cotidiana, recibimos como retribución inmediata: la experiencia.
Esta vivencia nos deja una reflexión que nos conduce agregar seguridad, en la
fuente motora de nuestro acto, sobre el cual reflexionamos.
Pero generalmente no ubicamos nuestra conclusión en el
panel de conocimientos perfectos en donde deberíamos tenerlo disponible. Así,
cuando nuevamente el diario vivir nos lleva a vivencias similares, dudamos,
porque aunque sabemos que dios está con nosotros y ya probamos de la veracidad
de sus promesas, no empleamos la experiencia, aquella como debiéramos. Antes
creemos que todo se repite: Fe, experiencia, testimonio. Esto es un error en el
que cae la mayoría, ya que este es el momento de usar ese conocimiento perfecto
que ganamos en aquella vivencia. Este es el sistema que realmente lleva al crecimiento
espiritual. Yo le llamaría memoria espiritual.
¡Quizás esta vez!...
El encantador de sueños
El que creyó que esta vez seria realidad
Encontró una tarde un tesoro
Y lo decidió guardar.
El encantador de sueños
Creyó que al fin se le iba a dar
De tanto perseguir quimeras
A este sueño lo podría tocar.
Pero lo dicho predicho está
Que este como todos, era un sueño más
El hombre lo trajo
Y el duende de la ilusión se lo llevó
Junto con otros sueños que le seguían
Arreados con la música del encanto
Rumbo al bosque del desencanto.
Una vez busque una vida
Llena de promesas y cantos
Y me toco llenarla a mí de eso
Que anhelaba tanto.
Ahora que la vi pasar de lejos
Ella me dijo que pasaría por mí
¡me oyó!, ¡me había visto!...
Creí que al fin, sería posible después de todo
¡Podría vivir a mi modo!...
El dolor es una sensación sideral
El amor es un sentimiento eterno
El amor une
El dolor amalgama
El amor realiza
El dolor disciplina
El amor abraza
El dolor aprieta
El amor acaricia y sana
El dolor desgasta y modela
El amor es la melodía del alma
El dolor, la estridencia del espíritu.
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