sábado, 11 de octubre de 2014

La Otra Vida:(relato)

Cuando duermo viajo a mi otra vida, latente, cierta como la realidad misma. En ocasiones, llego desde otro sueño, de alguno de poca importancia en donde estoy en carácter de prólogo, y de allí paso al sueño central en donde creo estar en una vida paralela.
Llego siempre a un lugar, una pequeña aldea de no más de un par de docenas de personas, y siempre lo hago en un momento especial.
Ellos me hacen sentir bien, siento que me quieren. Ese lugar no es el sitio donde nací ni donde me crié sino un lugar en el que yo tengo una vida, desarrollo una tarea, soy alguien. Justamente ese hombre que siempre quise ser.
La gente allí me recibe como si nunca me hubiera ido. Me ven y enseguida me hacen sentir la necesidad imperiosa de quedarme y de que tengo mucho que hacer allí.
Casi siempre llego de tarde, casi entrada la noche. Así fue que una vez llegué y un pequeño grupo estaba tratando de terminar de colocar un techo de madera a una choza. Era un ranchito para una anciana.
Es grupo se veía preocupado por terminar ya que se les venía la noche.
Uno de ellos se enderezo fatigado y llamándome por mi nombre me solicito ayuda en una forma muy cordial y amigable. Me sorprendió tanta confianza pero me sentí muy bien. Mientras les ayudaba vi en la semi penumbra de la casi-choza a la anciana sentada en una vieja silla y murmuraba algo mirándome fijamente a la vez que con su flaco índice picoteaba la falda sobre su pierna como diciéndome “quédate”.
Como era todo un sueño, de repente estoy caminando por un sendero hacia el alba, escoltado por el grupo de trabajo que me despiden sudorosos y tristes.
Uno de ellos me pregunta con voz queda: “…cuando volverás?...” siento mi propia respiración, trato de responderle, la imagen se esfuma, siento angustia y… si! Me quiero quedar!...quiero expresarlo, quiero quedarme y me termino de despertar al pronunciar la palabra: “si…!”
Me quedo en la misma posición a ver si puedo volver a dormirme, lo logro y vuelvo a ver el bulto del grupo que me acompaño alejándose y les grito:”espérenme!”…pero ya no me oyen. Lloro de rodillas, como un niño, con desesperación, me inclino en mi llanto hasta tocar con mi cara el pasto ya húmedo por el rocío y mojado por mis lágrimas.
Ahora sí, me despierto con el rostro bañado en lagrimas… y me pongo a escribir este, mi sueño recurrente de toda mi vida, es decir, de la otra vida, aquella que vivo en forma feliz siendo lo que realmente soy, sin inhibiciones y sin miedos.
En esa, mi otra vida, soy lo que siempre quise ser, un hombre útil y querido por los demás. Viviendo como siempre lo desee y haciendo lo que siempre quise hacer.



No hay comentarios: